El empuje de los juegos sociales está llamando la atención de la clase política. Si hace unos años se vaticinaba un prometedor futuro para los emplazamientos publicitarios en juegos (el propio Barack Obama acabó en las vallas de Burnout Paradise), ahora se argumenta lo propio respecto a títulos como CityVille y compañía.
Sin salir de Zynga, editora tras los principales fenómenos del juego social, FarmVille será el primero de estos títulos en albergar una campaña política. Michelle Bachman, candidata republicana al presidencia estadounidense por Dallas, se ha dejado aconsejar por el consultor de campaña Michael Hendrix, quien no ha tenido reparos al aconsejar la promoción in-game de la susodicha.
Cualquier usuario de FarmVille podrá emplazar mensajes y símbolos de campaña en sus granjas, amén de sustituir el tradicional puerta a puerta por visitas virtuales a las explotaciones de sus amigos, difundiendo su intención de voto.
La medida surgió tras estudiar demográficamente a la población del título, en la que abundan mujeres de avanzada edad (público objetivo de la campaña). Todos se preguntan ahora si los demócratas de FarmVille no querrán hacer lo mismo para con sus candidatos, algo sobre lo que no han querido pronunciarse ni Hendrix, ni la propia Zynga.
La politización de FarmVille no convendría en absoluto a la editora, que ha pasado de 87 millones de granjeros mensuales a poco más de 37, reduciendo beneficios netos hasta en un 95% a un año vista.
